martes, 31 de enero de 2017

Configuración del movimiento transpersonal

Rodrigo González, 2017.
Configuración del movimiento transpersonal

Históricamente, lo transpersonal ha tomado distintas aproximaciones: desde las disciplinas espirituales, la reflexión filosófica, la investigación científica, etc.

El primer y principal camino es practicar una disciplina espiritual, según los que defienden este camino, existen experiencias que no pueden ser comprendidas sin ser vividas, ya que cuando el ser humano se desarrolla espiritualmente amplía su conciencia, lo que le permite percibir y comprender cosas que de otra manera serían ininteligibles o inefables.

Un segundo acercamiento ha sido el de la reflexión filosófica, de hecho, casi todos los filósofos han discutido en algún momento temas relacionados con la trascendencia y espiritualidad. 

La tercera forma es la investigación científica. En estos emprendimiento se han involucrado científicos de casi todas las disciplinas, tales como físicos, neurólogos, antropólogos, economistas, arquitectos, psicólogos, psiquiatras, sociólogos y biólogos, entre otros.

A estas tres formas, algunos añaden la vía artística, deportiva y el activismo, aunque, por lo general, se incluyen en el primer camino. Además, hay que recordar que en algunas oportunidades la filosofía ha asumido la forma de disciplinas espirituales, como es el caso del pitagorismo, en sentido contrario algunos caminos espirituales, como el budismo, han sido clasificadas como filosofías. Así mismo, algunos sociólogos consideran a la ciencia y los partidos políticos como religiones o viceversa, lo que hace más difusa la distinción entre caminos.

A esto se suma que una misma persona puede transitar los distintos caminos al mismo tiempo, por ejemplo, practicar una disciplina espiritual, filosofar, ser artista y ser psicólogo transpersonal al mismo tiempo.

A continuación describiré brevemente una serie de prácticas espirituales y fundamentos filosóficos que han ido configurando el desarrollo de la perspectiva transpersonal desde sus respectivas parcelas, ninguna de estas visiones representa de por sí la inmensa complejidad de la perspectiva transpersonal -inclusive, algunos de ellos ni se sienten identificados con el movimiento transpersonal, o exponen entre ellos ideas contradictorias- sin embargo, cada uno de ellos ha ayudado a la configuración del cambio paradigmático.


Las prácticas espirituales

Los caminos espirituales son la principal fuente de origen del movimiento transpersonal. Toda persona que quiera introducirse al mundo transpersonal debe tener conocimientos – por lo menos superficiales- sobre las diversas corrientes espirituales. El valor de cada una de las enseñanzas tradicionales es inconmensurable, por lo que mis descripciones siempre resultarán comparativamente pobres y distorsionadas, de modo que invito al lector, sobre todo a quienes no están familiarizados, para que investigue por sí mismo, de acuerdo a su propio interés.

Se dice que existieron pueblos proto-indoeuropeos, con una religión en común que luego se heredó de forma independiente a la tradición abrahámanica y a la tradición dhármica (Dumezil, 1970). Los principales argumentos son coincidencias en la grafía y fonética de ciertas palabras (por ejemplo,  “dios” es muy similar en distintos idiomas y parece tener como raíz la palabra día). A esto se suman las coincidencias lingüísticas y culturales entre los pueblos originarios de América y las estepas asiáticas, lo que hace pensar sobre el origen asiático de las creencias espirituales americanas. Por todo esto, es esperable encontrar semejanzas entre distintos sistemas, sin embargo, la mayoría de los líderes espirituales de las grandes tradiciones espirituales opinan que aunque pueden comprenderse mutuamente y relacionarse en base a la tolerancia, los sistemas espirituales no deben ser mezclados.

En este sentido, se pueden mencionar muchas formas de clasificación, mencionaré las que, según mi experiencia, son más empleadas:

Una distinción entre sistemas espirituales se refiere a los principios que enfatizan. Algunas prácticas espirituales como la tradición abrahamánica y dhármica hacen énfasis en principios como la Benevolencia o el Amor, y en consecuencia involucran al practicante en un proceso de salvación.Por otra parte, prácticas espirituales  como el Daoismo, la filosofía pitagórica, o el gnosticismo son buenos ejemplos de disciplinas que hacen énfasis en principios como la Verdad y Rectitud, en tanto el practicante va descubriendo y armonizándose con los principios que rigen el cosmos. Pero en realidad, ambos principios se dan en todas las prácticas espirituales, se trata solo de una diferencia de énfasis.

Las diversas tradiciones también describen distintos procesos evolutivos del “si mismo”. Por ejemplo, la mayoría de las tradiciones espirituales la “noción de sí-mismo se diluye”. Así, se encuentran las tradiciones relacionales, como el cristianismo, donde el sí-mismo establece una relación personalizada con un ser superior, en este caso, al aumentar la profundidad de la relación, la noción de sí mismo se minimiza progresivamente hasta diluirse por completo, es decir, cada vez menos fenómenos se atribuyen al sí-mismo. Por otra parte, en los sistemas no-duales se sostiene que, en lo esencial, no existe diferencia entre el sí-mismo y la naturaleza divina, por lo tanto, al aumenta progresivamente la amplitud de la conciencia, la noción de sí mismo se expande progresivamente hasta diluirse por completo, es decir, cada vez son más los fenómenos que se atribuyen al sí mismo identificado con la divinidad. Pero también existen algunos sistemas, sobre todo entre las artes internas donde la “noción de sí-mismo se mantiene”, de ahí que se diga que pasan a formar sus propios universos.

Existe una tercera distinción entre prácticas espirituales, de acuerdo a su forma de transmisión, clasificándose en esotéricos y exotéricos. Se les dice esotéricas cuando se difunden en secreto a ciertas personas seleccionadas; y exotéricas cuando se difunden ampliamente sin establecer requisitos estrictos de selección. Mientras que, las prácticas esotericas tienden hacia la experimentación mística, las prácticas exotéricas tienden hacia el ritualismo o el fundamentalismo. El ritualismo consiste en la ejecución de ceremoniales simbólicos que generan efectos mágicos o milagrosos independiente de la conducta cotidiana o los motivos de la misma, por ejemplo usar un talismán que concede inmortalidad, conceder una indulgencia para liberar a alguien del purgatorio o realizar un rito de sacrificio. El fundamentalismo se enfocan en el desarrollo de pautas conductuales fundamentadas en una interpretación determinada (de un texto sagrado, de una tradición, o del argumento de algún líder). Ahora bien, es muy común que un mismo sistema espiritual pase por etapas más esotéricas que otras o que en un mismo sistema surjan grupos más esotéricos que otros. Cabe destacar que el misticismo, el ritualismo y el fundamentalismo están presentes, en distintas medidas, en todo sistema espiritual.

También se puede marcar una diferencia entre los “sistemas tradicionales” y serie de “nuevos movimientos espirituales”, que promueven una espiritualidad que busca diferenciarse de los sistemas tradicionales de espiritualidad. Se dice que los nuevos movimientos espirituales mantienen cierta afinidad con la Nueva Era.


Por último, es importante diferenciar los movimientos espirituales de las las sectas destructivas.Siempre teniendo en cuenta que dentro de un sistema espiritual pueden encontrarse corpúsculos más sectarios que otros y que el movimiento como globalidad puede pasar por fases más sectarias que otras. Se tocará este tema cuando se aborden las características de los estados de conciencia sugestionables provocados por la persuasión coercitiva.

BIBLIOGRAFÍA 

http://vidaculturaycosmos.blogspot.cl/2017/02/bibliografia.html

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